En el mundo actual, la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente se han convertido en prioridades clave. Cada vez más, las empresas y los consumidores buscan opciones de embalaje y materiales que sean amigables con el planeta. Uno de los aspectos más importantes de este movimiento hacia la sostenibilidad es el reciclaje efectivo de los materiales de embalaje.
En este sentido, hay una clara diferencia entre dos materiales ampliamente utilizados en la industria del embalaje isotérmico: el cartón ondulado y el porex (poliestireno expandido). Mientras que el reciclaje del cartón ondulado es un proceso relativamente sencillo y bien establecido, el del porex presenta desafíos significativos y costos adicionales.
En este post, vamos a explorar en detalle estas diferencias y por qué el cartón ondulado se destaca como una opción de embalaje más sostenible desde el punto de vista del reciclaje.
Respecto al proceso de reciclaje del EPS, es importante saber que es de vital importancia arrojarlo donde se debe, ya que mientras el cartón ondulado se degrada totalmente en un plazo máximo de un año, el EPS se estima que tarda, aproximadamente, entre 500 y 800 años. Por tanto, en este caso, se debe arrojar en el contenedor amarillo, y a partir de aquí, ya se inicia un proceso de reciclaje:
Como en el contenedor amarillo hay distintos materiales, primero se lleva a cabo un proceso de selección para separarlos según su composición. Y a partir de aquí se lleva a cabo el proceso de reciclado.
El reciclaje de residuos de poliestireno expandido (EPS) se lleva a cabo mediante métodos mecánicos o químicos. Incluso los residuos de EPS contaminados pueden ser aprovechados como fuente de energía.
El EPS triturado se utiliza como aditivo en la producción de hormigón ligero, revestimientos aislantes y en la composición de ladrillos para obtener un material poroso.
A través del proceso de extrusión, los residuos de EPS se funden y se transforman en gránulos de poliestireno. Estos gránulos se utilizan en la fabricación de diversos productos, como mobiliario urbano, suelas de calzado, postes y otros elementos similares.
En el reciclaje químico, el poliestireno se descompone en sus componentes petroquímicos básicos, los cuales pueden ser reutilizados en la fabricación de nuevos plásticos u otras aplicaciones. Durante este proceso, se logra una separación efectiva de los elementos constituyentes del poliestireno.
En los centros de reciclaje, el cartón ondulado se clasifica y se separa de otros tipos de papel y cartón. También se realiza una eliminación de contaminantes como cintas adhesivas o plásticos.
Seguidamente, se somete a un proceso de pulpeo, en el cual se descomponen las fibras de celulosa mediante la adición de agua y la agitación mecánica. Luego, el material se refina para eliminar impurezas y obtener una pulpa de fibras uniforme.
Finalmente, la pulpa de fibras de cartón ondulado se utiliza para fabricar papel y cartón reciclado. Puede convertirse en rollos de cartón, cajas de cartón, papel para embalaje u otros productos de papel reciclado.
La estructura celular del EPS y su ligereza hacen que sea complicado compactarlo para su transporte y procesamiento posterior.
Además, se necesita mucho espacio para recolectar grandes cantidades y sus volúmenes implican mayores costos de logística y almacenamiento.
Finalmente, requiere maquinaria especializada y procesos específicos para descomponer y reciclar eficientemente el material, lo cual lo hace más costoso.
En conclusión, no solo el proceso de reciclado del poliestireno expandido tiende a ser más costoso y complicado que el del cartón ondulado, sino que mientras el cartón ondulado puede reciclarse para volver a fabricar cartón ondulado y, por tanto, seguir un ciclo permanente, en el caso del EPS es complicado hacerlo, en consecuencia, se suele reciclar para la fabricación de otras materias derivadas del plástico.