La finalidad de un embalaje isotérmico es garantizar que el producto se mantiene en perfectas condiciones en todo momento, desde que sale del almacén hasta que llega a su destino. Para cumplir con este objetivo, lo más importante que debe hacer un embalaje isotérmico es mantener la cadena de frío.
Para que esto sea posible, es fundamental que el diseño y la fabricación del embalaje sigan una serie de criterios y eso es justamente lo que te explicamos en este post.
Hay muchos elementos que juegan un papel importante en la logística frigorífica: medios de transporte refrigerados, almacenes con temperaturas controladas, una gestión rápida de los tiempos de entrega de los paquetes y, por supuesto, el embalaje utilizado para el envío de productos.
Antes de diseñar el embalaje isotérmico, en Font Packaging necesitamos saber algunas cosas básicas sobre cómo se va a realizar el transporte del producto. Es importante conocer la cadena logística y el medio de transporte en que se va a mover el producto y, sobre todo, tener claros cuáles son los momentos en los que hay más riesgo de que se rompa la cadena de frío.
Es justamente en esos momentos en los que el embalaje isotérmico realiza su función, por eso lo diseñamos teniendo en cuenta cuáles son las condiciones a las que va a tener que hacer frente.
Existen muchos materiales distintos para fabricar embalajes isotérmicos: plásticos, espumas técnicas, telas, EPS, cartón ondulado… Todos ellos cumplen su función a la hora de mantener la cadena de frío, pero el cartón ondulado es el que ofrece un resultado más completo.
Antes de pasar a diseñar un embalaje isotérmico, es importante conocer al detalle una serie de parámetros:
Cuando estos parámetros están definidos, empezamos a trabajar en el diseño del embalaje en FontLAB.
¿Cómo hacemos el embalaje isotérmico?
Con toda la información necesaria, nuestro Departamento Técnico empieza a trabajar distintas opciones de diseño, con la colaboración y supervisión del cliente. Cada una de las opciones de diseño es enviada al cliente para que la analice y apruebe una de ellas, según el formato y diseño que le parezca más apropiado para su producto.
Una vez el cliente ha aceptado uno de los embalajes que le hemos propuesto, pasamos a su validación térmica. Se trata de una serie de pruebas para comprobar que el embalaje es efectivo en las condiciones que requiere el transporte del producto.
Para ello, lo sometemos a cambios de temperatura en nuestras cámaras climáticas, siguiendo el proceso mediante un software que hemos creado específicamente con la Universidad de Terrassa. Simulamos distintas condiciones ambientales y monitorizamos los cambios de temperatura que sufre el producto dentro del embalaje durante el tiempo determinado.
Según cada producto, los sistemas que empleamos son distintos. Desde distintos tipos de contra-encolados, pasando por materiales aislantes como el Foam Aluminizado, el Poliuretano de Alta Densidad (PU) o el mismo cartón ondulado. Adicionalmente, puede añadirse complementos y acumuladores que actúen como motor de frío, sobre todo en aquellos casos en que el tiempo de transporte es más largo.
Con todo, podemos decir que diseñar un embalaje isotérmico es un proceso complejo que requiere de una tecnología avanzada. Además, cada producto y situación necesita un embalaje distinto y es por eso que en Font Packaging tratamos cada caso de forma personalizada.
EMBALAJES ISOTÉRMICOS ACUMULADORES DE FRIO