¿PARA QUÉ SIRVEN LOS ACUMULADORES DE FRÍO?

Sabemos que para que un embalaje isotérmico cumpla bien con sus funciones, es de vital importancia que esté fabricado con los materiales adecuados para mantener la temperatura en el interior del embalaje.

Aun así, aunque pasan por desapercibidos, los acumuladores de frío también tienen un papel crucial para mantener la temperatura interna estable y adecuada para los productos que protegen.

En nuestro caso, el acumulador de Insu Pack está diseñado especialmente para el uso en la industria alimentaria y farmacéutica.

Dicho acumulador está compuesto por:

• Polímero de acrilato, mezclado con agua en el interior, y envasado en una bolsa de complejo metalizado, apto para la alimentación. Esta mezcla que se encuentra en el interior hace que el producto tenga un aspecto gelatinoso y granulado.

Dicho esto, ¿qué funciones tienen los acumuladores de frío?

• Mantenimiento de la temperatura: Ayuda a retener el calor. Los acumuladores de frío se utilizan en combinación con este aislamiento para mantener la temperatura estable entre un rango de temperaturas determinado dentro del embalaje. Cuando se colocan acumuladores de frío en un embalaje isotérmico junto con los productos sensibles a la temperatura, absorben y almacenan el calor que podría afectar al producto. Esto ayuda a mantener una temperatura interna constante y evita que los productos se calienten más rápido de lo deseado. Por tanto, los acumuladores de frío prolongan la conservación térmica al liberar el frío almacenado gradualmente a medida que se derriten.

  

   

• También pueden ser utilizados en productos con una baja inercia térmica para incrementar la inercia térmica del conjunto, dividiendo la variación del calor entre más materia. 

En resumen, en un embalaje isotérmico, los acumuladores de frío son esenciales para mantener la temperatura adecuada y prevenir cambios bruscos que podrían afectar la calidad y la seguridad de los productos empaquetados. Trabajan en conjunto con el aislamiento del embalaje para garantizar que la temperatura se mantenga dentro de los rangos aceptables por el producto.