El hielo seco es dióxido de carbono en estado sólido a una temperatura extremadamente baja (-78.5°C o -109.3°F). A diferencia del hielo tradicional hecho de agua, el hielo seco no se derrite, sino que sublima, lo que significa que pasa directamente del estado sólido al gaseoso sin dejar residuos. Debido a su temperatura extremadamente fría y su capacidad de sublimación, el transporte de hielo seco puede presentar algunas dificultades.
Es clave entender que en este tipo de envíos hay mucha diferencia de temperatura entre el interior del embalaje, donde hay hielo seco, y el exterior, por lo que el material del embalaje debe ser muy aislante, ya que a más diferencia de temperatura, mayor será la velocidad de transferencia de calor desde el exterior al interior.
Por este motivo, hay algunos aspectos a considerar para ser enviado:
Se debe de minimizar la corriente de gases y aires entre el exterior y el interior, por tanto, cuando más hermético sea el embalaje, mejor.
Al ser considerado un material peligroso debido al riesgo al que somete en caso de ser manipulado de forma errónea, existen unas regulaciones tanto de seguridad, como de etiquetado y documentación (etiquetar correctamente el embalaje que contiene hielo seco, indicando que es un material peligroso y que se debe manejar con precaución). Estas regulaciones varían según el país y la forma de transporte.
Es necesario garantizar una ventilación adecuada en el área de transporte para evitar la acumulación de gases. El exceso de dióxido de carbono puede desplazar el oxígeno en un espacio confinado y representar un riesgo para la salud.
Además del embalaje, es recomendable poner el hielo seco dentro de bolsas de plástico para evitar apelmazamientos del hielo seco debido a la humedad del exterior.
En resumen, el transporte de hielo seco requiere un embalaje adecuado con un buen aislamiento térmico, cumplimiento de regulaciones de seguridad, ventilación adecuada y etiquetado apropiado. Para garantizar un transporte seguro y eficiente, se recomienda consultar las regulaciones locales y buscar orientación específica de los proveedores de envío o transporte.
Para el envío de grandes cantidades de hielo seco existen diferentes embalajes de diferentes materiales:
POLIESTIRENO EXPANDIDO (EPS)
La caja de poliestireno expandido (EPS) es una opción popular para el envío hielo seco. El EPS es un material aislante térmico que ayuda a mantener la temperatura baja y evita que el calor externo afecte al hielo seco. Por otro lado, es un material ligero, por lo que facilita el manejo y el transporte de los contenedores. Es importante tener en cuenta que el EPS puede ser menos duradero en comparación con otros materiales, por lo que es recomendable utilizarlos para envíos de corta a mediana duración.
CONTENEDORES DE ESPUMA DE POLIURETANO
Los contenedores de espuma de poliuretano son la mejor opción y la que ofrece mejores prestaciones para el envío de hielo seco a granel, debido a su gran capacidad de aislamiento, la facilidad de fabricar contenedores a medida para grandes cantidades de hielo seco, incluso plegables. Además, ofrece una buena durabilidad gracias a su resistencia a los golpes y a las deformaciones para evitar los daños del hielo seco.
Esta capacidad de durabilidad hace que sea un embalaje económico, sostenible y respetuoso con el medio ambiente, ya que es un embalaje reutilizable y que se puede usar el mismo contenedor para varios envíos sin ningún problema. Por otro lado, este embalaje también destaca por su buen sellado y hermética, lo que hace que evite la entrada de aire externo que puedan afectar al hielo seco de su interior. También se debe tener en cuenta que los contenedores de poliuretano son más costosos en comparación a otros embalajes.
En conclusión, si tenemos en cuenta la importancia de usar un material aislante para este tipo de envíos con tal de proteger el hielo seco del interior del embalaje de la gran diferencia de temperatura del exterior, la mejor opción son los contenedores de espuma de poliuretano.